Lo podemos enunciar así: Es el amor a Dios sin condición, que une las almas y los corazones en convivencia comunitaria de hermanos, y que se difunde hacia todos los hombres para ganarlos y unirlos en Cristo dentro de su Iglesia.
Para entenderlo mejor, podemos decir que el carisma Agustino Recoleto se compone de tres elementos o más agustinianamente de tres amores, a saber: contemplación, comunidad, apostolado (amor casto, amor ordenado y amor difusivo).
Contemplación: “amor casto”: es la atracción que Dios ejerce sobre el ser humano. Dios es irresistible, no podemos dejar de verlo, escucharlo, sentirlo y amarlo. La espiritualidad agustiniana lo entiende como vida para Dios, vida con Dios, vida en Dios y vida de Dios mismo.
Comunidad: “Amor ordenado”: nace de la dimensión contemplativa que tiene tal fuerza de unión que hace de los amantes de Dios una sola alma y un solo corazón. Dios mismo es comunidad trinitaria, relación divina que testimoniamos a través de la vida fraterna.
Apostolado: “amor difusivo”: El agustino recoleto va a donde la Iglesia lo necesite. La característica más visible en esta dimensión es el servicio, porque como dice el mismo Agustín “quien no vive para servir, no sirve para vivir”.
Lo podemos enunciar así: Es el amor a Dios sin condición, que une las almas y los corazones en convivencia comunitaria de hermanos, y que se difunde hacia todos los hombres para ganarlos y unirlos en Cristo dentro de su Iglesia.
Para entenderlo mejor, podemos decir que el carisma Agustino Recoleto se compone de tres elementos o más agustinianamente de tres amores, a saber: contemplación, comunidad, apostolado (amor casto, amor ordenado y amor difusivo).
Contemplación: “amor casto”: es la atracción que Dios ejerce sobre el ser humano. Dios es irresistible, no podemos dejar de verlo, escucharlo, sentirlo y amarlo. La espiritualidad agustiniana lo entiende como vida para Dios, vida con Dios, vida en Dios y vida de Dios mismo.
Comunidad: “Amor ordenado”: nace de la dimensión contemplativa que tiene tal fuerza de unión que hace de los amantes de Dios una sola alma y un solo corazón. Dios mismo es comunidad trinitaria, relación divina que testimoniamos a través de la vida fraterna.
Apostolado: “amor difusivo”: El agustino recoleto va a donde la Iglesia lo necesite. La característica más visible en esta dimensión es el servicio, porque como dice el mismo Agustín “quien no vive para servir, no sirve para vivir”.